Barrio de San Francisco Telde
Ilustración de pueblo en Telde
Hoy vengo con mi camino preferido, el camino de la vida. Este dibujo tiene un especial sentido para mí, hace años que lo hice pero todavía me ayuda a entender como es el camino que debo recorrer un camino lleno de luces y sombras con puertas donde entrar y visitar, con arboles y flores que admirar. Nadie sabe que depara el camino o el destino, pero si es como dicen algunos que el „destino está escrito“ cosa que me aburriría horriblemente, pues no tendríamos el control de nuestras vidas y eso da un poco de grima. Pero, por si las moscas es así, entonces lo mejor es disfrutar y agradecer cada buen momento que pasamos por aquí! o no? 😉 Me considero una persona con un interior „especial“ por lo cual necesito un entorno simple y tranquilo, y muy contrario a la vida acelerada, estresada, exigente, a millón que viví en mis años mozos me quedo en el remanso de paz de los brazos de mi pequeña familia en una pequeña ciudad lejos de los casi diez millones de almas de mi terruño. Uno de los lugares que considero „curativos a mi interior especial“ es Gran Canaria, ese mar, en el que una vez me sumergí, agotada, cansada y casi sin sentimiento alguno, que después de estar flotando sobre sus aguas mirando al cielo sentí que „algo había“ una luz cegadora de esperanza, fue el retorno a la vida y el abandono de la despersonalización…en ese momento supe que ese sitio, ese momento, era mi cura. El Tamadaba, El Teide visto desde las canteras con cielo despejado, Las Palmas, Santa Brígida, sus playas, sus bosques de pino, sus pueblos pequeños y entrañables, su gente, mi familia, mis amigos, mis colegas….eso es el rumbo, lo demás es atrezzo… por eso este dibujo está colgado sobre mi cama y me gusta, me gusta, me gusta, como la vida misma. Un besote Diany